La alimentación es un proceso fundamental para la supervivencia y el bienestar del ser humano. En situaciones donde una persona no puede ingerir alimentos de manera oral, existen alternativas médicas que garantizan el aporte nutricional necesario. Entre estas opciones, destacan la alimentación enteral y la parenteral, dos métodos que se utilizan en diferentes contextos clínicos. En este artículo exploraremos en profundidad qué son estas técnicas, para qué se utilizan, cómo se administran y cuáles son sus diferencias, con el objetivo de proporcionar una guía completa y accesible sobre que es alimentación enteral y parenteral.
¿Qué es la alimentación enteral y parenteral?
La alimentación enteral es un método de nutrición que se administra a través del tracto gastrointestinal, es decir, por vía digestiva. Esto se logra introduciendo los nutrientes en el estómago o en el intestino delgado mediante un tubo que se coloca desde la boca o la nariz hasta el estómago (gastrostomía o nasogástrica), o mediante un acceso directo al intestino (jejunostomía). Este tipo de alimentación se utiliza cuando una persona no puede ingerir alimentos de forma normal, pero su sistema digestivo funciona adecuadamente.
Por otro lado, la alimentación parenteral implica la administración de nutrientes directamente en la sangre, es decir, por vía intravenosa. Este método se emplea cuando el sistema digestivo no puede absorber los nutrientes de forma adecuada o cuando no puede ser utilizado en absoluto. La alimentación parenteral se compone de una solución que incluye carbohidratos, proteínas, lípidos, minerales y vitaminas, que se administran a través de un catéter venoso.
Un dato curioso es que la alimentación parenteral moderna fue desarrollada en los años 50 por el médico norteamericano Dr. John H. Lawrence, quien fue uno de los primeros en utilizar soluciones intravenosas para mantener a pacientes que no podían comer. Este avance revolucionó el tratamiento de pacientes críticos y con enfermedades gastrointestinales severas.
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En resumen, mientras que la enteral se basa en el uso del sistema digestivo, la parenteral se utiliza cuando éste no es funcional. Ambas son herramientas esenciales en la medicina moderna y se adaptan según las necesidades del paciente.
Métodos alternativos para mantener la nutrición en pacientes hospitalizados
En contextos hospitalarios, especialmente en unidades de cuidados intensivos o en pacientes con trastornos gastrointestinales, es fundamental mantener una nutrición adecuada. Cuando una persona no puede comer por sí misma, se recurre a métodos alternativos para asegurar que reciba los nutrientes esenciales. Estos métodos incluyen tanto la alimentación enteral como la parenteral, que, aunque diferentes en su mecanismo, comparten el objetivo común de prevenir desnutrición y promover la recuperación.
La alimentación enteral se prefiere siempre que sea posible, ya que mantiene la funcionalidad del sistema digestivo y reduce el riesgo de infecciones y complicaciones. Es ideal para pacientes que pueden digerir alimentos, pero no pueden tragarlos debido a trastornos neurológicos, cirugías o trastornos bucofaciales. Por su parte, la alimentación parenteral se utiliza cuando no hay alternativa, ya que no requiere un sistema digestivo funcional, pero sí implica un mayor riesgo de infecciones y complicaciones metabólicas.
En la práctica clínica, los médicos deciden entre ambos métodos en función de la capacidad del paciente para absorber nutrientes, la gravedad de su condición y la expectativa de recuperación. Además, se consideran factores como la duración de la intervención, la facilidad de manejo y el costo de cada método.
Consideraciones médicas y éticas en la elección de la alimentación
La elección entre alimentación enteral y parenteral no solo depende de la condición clínica del paciente, sino también de factores éticos y de calidad de vida. En pacientes en estado terminal, por ejemplo, se debe evaluar si continuar con un método de alimentación artificial es realmente beneficioso o si se está prolongando el sufrimiento. En estos casos, se debe involucrar a la familia y a los cuidadores para tomar decisiones que reflejen los deseos del paciente.
Además, hay que considerar la capacidad del paciente para participar en la toma de decisiones. En algunos casos, los pacientes son capaces de expresar sus preferencias, mientras que en otros, se recurre a testamentos vitales o a decisiones legales. La ética médica juega un papel fundamental para equilibrar el bienestar del paciente con la responsabilidad del médico.
En la práctica, se suele priorizar la alimentación enteral por ser más natural y menos invasiva, pero en situaciones extremas, la parenteral puede ser la única opción viable. En todo caso, la elección debe hacerse con un enfoque multidisciplinario que incluya a médicos, nutricionistas, enfermeras y familiares.
Ejemplos de pacientes que requieren alimentación enteral o parenteral
Para entender mejor cómo se aplican estos métodos, aquí hay algunos ejemplos de pacientes que pueden beneficiarse de la alimentación enteral o parenteral:
- Pacientes con trastornos neurológicos (como ictus o esclerosis múltiple) que tienen dificultad para tragar (disfagia). En estos casos, la enteral es ideal para garantizar que reciban nutrientes sin riesgo de ahogamiento.
- Pacientes con cáncer en el estómago o intestino, que no pueden procesar alimentos de forma adecuada. Aquí, la parenteral puede ser la única opción si el sistema digestivo está comprometido.
- Niños con retraso en el crecimiento o desnutrición que no responden a la alimentación oral. La enteral puede usarse para asegurar un aporte nutricional constante y controlado.
- Pacientes en coma o en estado de sedación profunda. La enteral se utiliza para mantener la función intestinal y prevenir complicaciones como úlceras gástricas.
- Pacientes con fistulas o enfermedades inflamatorias intestinales graves, donde el sistema digestivo no puede absorber nutrientes. En estos casos, la parenteral es la solución más viable.
Estos ejemplos muestran que tanto la enteral como la parenteral tienen aplicaciones específicas según el diagnóstico y la condición del paciente.
Conceptos clave para entender la nutrición artificial
Para comprender a fondo que es alimentación enteral y parenteral, es necesario conocer algunos conceptos básicos:
- Nutrición enteral: Suministro de nutrientes por vía digestiva, ya sea a través de un tubo o una sonda.
- Nutrición parenteral: Administración de nutrientes directamente en la sangre, sin pasar por el sistema digestivo.
- Sonda nasogástrica: Tubo que va desde la nariz hasta el estómago.
- Gastrostomía: Acceso directo al estómago mediante un orificio en la piel del abdomen.
- Jejunostomía: Acceso directo al intestino delgado.
- Nutrición artificial: Término general que incluye tanto la enteral como la parenteral.
- Desnutrición hospitalaria: Condición que afecta a muchos pacientes hospitalizados y que puede ser prevenida con una nutrición adecuada.
Tanto la enteral como la parenteral requieren una prescripción médica, un seguimiento nutricional continuo y un manejo adecuado para evitar complicaciones. Es fundamental que sean supervisadas por un equipo multidisciplinario que incluya médicos, nutricionistas y enfermeras.
Recopilación de métodos de nutrición artificial
A continuación, se presenta una recopilación de los métodos más utilizados para administrar nutrición artificial:
- Alimentación enteral oral: Aunque no es común, en algunos casos se usan suplementos orales para pacientes que pueden comer pero necesitan más nutrientes.
- Alimentación enteral por sonda nasogástrica (NG): Es la más común en situaciones temporales.
- Alimentación enteral por gastrostomía (PEG): Ideal para pacientes con necesidad prolongada de nutrición.
- Alimentación enteral por jejunostomía: Se usa cuando el estómago no puede procesar alimentos.
- Alimentación parenteral total (TPN): Suministro completo de nutrientes por vía intravenosa.
- Alimentación parenteral parcial: Se complementa con alimentación oral o enteral.
- Nutrición homeostática: Enfocada en mantener el equilibrio nutricional sin sobrepeso ni desnutrición.
Cada uno de estos métodos tiene ventajas y desventajas, y su elección depende de factores médicos, clínicos y éticos.
Diferencias entre enteral y parenteral
Una de las principales diferencias entre alimentación enteral y parenteral es la vía de administración. Mientras que la enteral utiliza el sistema digestivo para entregar nutrientes, la parenteral lo salta completamente y administra los nutrientes directamente en la sangre. Esto tiene implicaciones tanto en el riesgo de complicaciones como en la eficacia del tratamiento.
Otra diferencia importante es la función del sistema digestivo. La enteral mantiene activa la mucosa intestinal, lo que ayuda a prevenir infecciones y mantener la barrera intestinal intacta. En cambio, la parenteral puede llevar a atrofia de la mucosa intestinal y mayor riesgo de infecciones, especialmente si se utiliza por periodos prolongados.
También hay diferencias en costo y manejo. La enteral es generalmente más económica y fácil de manejar en el hogar, mientras que la parenteral requiere más supervisión médica y equipo especializado. Por último, en términos de tolerancia, la enteral suele ser mejor tolerada por el cuerpo, mientras que la parenteral puede causar alteraciones en la glucemia, electrolitos y función hepática.
¿Para qué sirve la alimentación enteral y parenteral?
La alimentación enteral sirve para garantizar el aporte nutricional cuando una persona no puede comer de forma normal, pero su sistema digestivo funciona. Se utiliza en pacientes con disfagia, postoperatorios, o con enfermedades que afectan la ingesta oral. Su objetivo es mantener el peso, prevenir la desnutrición y promover la recuperación.
Por su parte, la alimentación parenteral sirve para pacientes cuyo sistema digestivo no puede procesar o absorber nutrientes de forma adecuada. Se utiliza en casos de obstrucción intestinal, insuficiencia pancreática, o enfermedades autoinmunes que afectan el intestino. Su objetivo es mantener la homeostasis nutricional y prevenir complicaciones metabólicas.
Ambos métodos también son útiles en situaciones donde la recuperación oral es lenta, como en pacientes críticos en UCI. En estos casos, se usan para mantener el aporte calórico y proteico necesario para la recuperación.
Alternativas a la alimentación enteral y parenteral
Aunque la alimentación enteral y parenteral son métodos muy utilizados, existen otras opciones que pueden ser consideradas según el contexto:
- Alimentación oral suplementada: Se usa cuando una persona puede comer, pero necesita un aporte adicional de nutrientes. Esto se logra con suplementos líquidos o en polvo que se toman entre comidas.
- Rehidratación oral: En casos de deshidratación leve o moderada, se pueden usar soluciones de electrolitos y glucosa sin necesidad de alimentación artificial.
- Dieta modificada: En pacientes con trastornos digestivos leves, se puede adaptar la dieta para facilitar la ingesta oral.
- Fórmulas nutricionales especializadas: Algunos pacientes pueden tolerar fórmulas en polvo que se mezclan con agua, incluso si tienen dificultades para comer alimentos sólidos.
En cualquier caso, la elección de una alternativa debe ser realizada por un profesional de la salud, ya que cada paciente tiene necesidades específicas.
Evolución histórica de la nutrición artificial
La historia de la nutrición artificial es un reflejo de los avances en la medicina moderna. En el siglo XVIII, el médico británico William Hewson introdujo por primera vez la idea de administrar nutrientes por vía intravenosa. Sin embargo, no fue hasta el siglo XX que se desarrollaron las técnicas y soluciones necesarias para hacerlo de manera segura y efectiva.
En la década de 1950, el Dr. John H. Lawrence realizó uno de los primeros casos de nutrición parenteral total en un paciente con obstrucción intestinal. Este avance marcó el comienzo de la nutrición parenteral como una herramienta clínica. Posteriormente, en los años 70, se desarrollaron fórmulas más complejas que incluían lípidos, proteínas y carbohidratos en proporciones equilibradas.
Por otro lado, la alimentación enteral ha evolucionado desde los tubos de goma rudimentarios hasta sistemas modernos de sonda con acceso por gastrostomía, que permiten un manejo más sencillo y seguro. Hoy en día, ambos métodos son esenciales en la medicina crítica y en el cuidado de pacientes con enfermedades crónicas o agudas.
Significado clínico de la alimentación enteral y parenteral
La alimentación enteral y parenteral tienen un significado clínico fundamental, ya que permiten mantener una nutrición adecuada en pacientes que no pueden alimentarse de forma normal. En la práctica clínica, estas técnicas son consideradas elementos esenciales del manejo nutricional y están integradas en protocolos de cuidado para pacientes hospitalizados.
En términos clínicos, la alimentación enteral se asocia con menores riesgos de infección, menor costo y mayor tolerancia por parte del paciente. Además, mantiene la función intestinal y la barrera mucosa, lo que reduce el riesgo de infecciones intrahospitalarias.
Por otro lado, la alimentación parenteral es esencial en pacientes con patologías que comprometen el sistema digestivo. Aunque es más invasiva y costosa, puede salvar vidas en situaciones críticas. Su uso requiere un monitoreo constante para evitar complicaciones como infecciones, alteraciones metabólicas o daño hepático.
En resumen, ambas técnicas son herramientas médicas clave que, cuando se usan correctamente, mejoran el pronóstico de los pacientes y disminuyen la morbilidad y la mortalidad asociada a la desnutrición hospitalaria.
¿De dónde proviene el término alimentación enteral y parenteral?
El término alimentación enteral proviene de la palabra griega *enteron*, que significa intestino. Esto se debe a que este tipo de alimentación se administra directamente al tracto intestinal. Por otro lado, alimentación parenteral se deriva de la palabra griega *para*, que significa alrededor de, y *enteron*, indicando que se administra alrededor del intestino, es decir, directamente en la sangre, sin pasar por el sistema digestivo.
El uso de estos términos se popularizó en el siglo XX, cuando se desarrollaron los métodos modernos de nutrición artificial. El término parenteral fue acuñado por el médico francés Dr. Jean Dastre en el siglo XIX, y se refería inicialmente a la administración de medicamentos por vía no oral. Con el tiempo, se extendió al ámbito nutricional para describir la administración de nutrientes por vía intravenosa.
Otros términos relacionados con la alimentación artificial
Además de los términos ya mencionados, existen otros conceptos que es útil conocer en el contexto de la alimentación artificial:
- Nutrición artificial: Término general que engloba tanto la enteral como la parenteral.
- Desnutrición hospitalaria: Condición que afecta a pacientes hospitalizados y que puede ser prevenida con una nutrición adecuada.
- Fórmulas nutricionales: Soluciones específicas diseñadas para administrar nutrientes en pacientes que no pueden comer normalmente.
- Monitoreo nutricional: Evaluación continua del estado nutricional del paciente durante el tratamiento.
- Soporte nutricional: Intervención médica que busca mantener o mejorar el estado nutricional del paciente.
- Complicaciones nutricionales: Riesgos que pueden surgir al administrar nutrición artificial, como infecciones o alteraciones metabólicas.
- Cálculo de necesidades nutricionales: Proceso mediante el cual se determina la cantidad de nutrientes que necesita un paciente para mantener su salud.
Cada uno de estos términos forma parte del lenguaje clínico y es fundamental para entender el contexto en el que se aplican la alimentación enteral y parenteral.
¿Cómo se elige entre alimentación enteral y parenteral?
La elección entre alimentación enteral y parenteral no es arbitraria, sino que se basa en una evaluación clínica exhaustiva. Algunos de los factores que influyen en esta decisión incluyen:
- Función del sistema digestivo: Si el paciente puede digerir y absorber nutrientes, se prefiere la enteral.
- Gravedad de la enfermedad: En pacientes críticos, se puede optar por la parenteral si la enteral no es viable.
- Duración del tratamiento: La enteral es más adecuada para tratamientos a largo plazo, mientras que la parenteral es más común en situaciones temporales.
- Riesgo de complicaciones: La enteral tiene menos riesgos de infección, mientras que la parenteral puede causar complicaciones metabólicas.
- Capacidad del paciente para tolerar el método: Algunos pacientes no toleran bien la enteral y se necesita parenteral.
- Costo y manejo: La enteral es más económica y fácil de manejar en el hogar, mientras que la parenteral requiere más supervisión médica.
La decisión final se toma en un equipo multidisciplinario que incluye a médicos, nutricionistas, enfermeras y terapeutas. El objetivo es elegir el método que ofrezca el mejor equilibrio entre beneficios y riesgos para cada paciente.
Cómo usar la alimentación enteral y parenteral: pasos y ejemplos
El uso correcto de la alimentación enteral y parenteral implica varios pasos que deben seguirse para garantizar la seguridad y eficacia del tratamiento:
Para la alimentación enteral:
- Evaluación médica: Un médico o nutricionista evalúa el estado nutricional y la viabilidad del método.
- Preparación del equipo: Se coloca la sonda nasogástrica o gastrostomía según sea necesario.
- Preparación de la fórmula: Se mezcla la fórmula nutricional según las necesidades del paciente.
- Administración: La fórmula se administra de forma continua o en bolo, dependiendo de la tolerancia del paciente.
- Monitoreo: Se sigue el peso, la tolerancia y los signos de complicaciones como diarrea o náuseas.
- Limpieza del equipo: Es esencial mantener el equipo limpio para evitar infecciones.
Para la alimentación parenteral:
- Acceso venoso: Se coloca un catéter venoso central o periférico, dependiendo del volumen y duración del tratamiento.
- Preparación de la solución: La solución nutricional se prepara en una unidad especializada.
- Administración: La solución se administra a través de bombas de infusión programadas.
- Monitoreo: Se controla la glucemia, electrolitos y función hepática.
- Prevención de infecciones: Es fundamental mantener el acceso limpio y cambiar los equipos con frecuencia.
- Descontinuación gradual: Se reduce el volumen de la nutrición parenteral cuando el paciente pueda tolerar la enteral u oral.
Complicaciones posibles y prevención
Aunque la alimentación enteral y parenteral son métodos seguros, no están exentos de complicaciones. Es importante estar atento a los siguientes riesgos:
Complicaciones de la alimentación enteral:
- Aspiración pulmonar: Cuando la fórmula entra en los pulmones, especialmente en pacientes con movilidad reducida.
- Diáresis: Puede ocurrir si la fórmula es hipertónica o el paciente no tolera bien la fórmula.
- Infección de la sonda: Si no se mantiene el equipo limpio, puede ocurrir infección.
- Alergias o intolerancias: Aunque raras, pueden ocurrir reacciones a componentes de la fórmula.
Complicaciones de la alimentación parenteral:
- Infección del catéter: Es una de las complicaciones más graves y puede llevar a sepsis.
- Alteraciones metabólicas: Como hiperglucemia, hiperglucemia o desequilibrios electrolíticos.
- Cálculos biliares: Prolongada parenteral puede llevar a la formación de cálculos biliares.
- Daño hepático: Aunque raro, puede ocurrir en pacientes con parenteral prolongada.
- Trombosis venosa: Especialmente si el catéter se coloca en venas grandes.
La prevención de estas complicaciones implica un manejo estricto del protocolo de administración, un monitoreo constante del paciente y una correcta higiene del equipo.
Futuro de la nutrición artificial
El futuro de la nutrición artificial promete avances significativos en tecnología y personalización. Ya existen estudios sobre fórmulas nutricionales personalizadas basadas en la genética y microbioma del paciente, lo que permitirá adaptar la nutrición a necesidades específicas. Además, se están desarrollando bombas de infusión inteligentes que ajustan automáticamente la cantidad de nutrición según los parámetros vitales del paciente.
También se espera que la nutrición enteral se convierta en el método preferido en más situaciones, ya que su uso prolongado ha demostrado beneficios en la prevención de infecciones y en la mejora del pronóstico. Por otro lado, la parenteral continuará siendo clave para pacientes con patologías digestivas severas, aunque se buscará reducir sus riesgos mediante mejoras en la fórmula y en los métodos de administración.
En el ámbito de la investigación, se están explorando métodos como la nutrición por vía respiratoria (aunque aún en fase experimental) y el uso de nanotecnología para entregar nutrientes con mayor eficiencia. Estos avances prometen una mayor calidad de vida para los pacientes que dependen de la nutrición artificial.
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