La concordancia es una regla fundamental en la gramática del español que garantiza que los elementos de una oración —como sustantivos, adjetivos, artículos y verbos— estén en armonía entre sí en aspectos como el género y el número. Esta relación es clave para que una oración suene natural y se comprenda de manera correcta. A continuación, exploraremos en profundidad qué implica esta regla, con ejemplos prácticos que faciliten su comprensión.
¿Qué es la concordancia y cómo funciona en el español?
La concordancia se refiere a la coincidencia entre dos o más palabras en género (masculino o femenino) y número (singular o plural) dentro de una oración. Esto asegura coherencia y claridad en la construcción gramatical. Por ejemplo, si usamos un sustantivo femenino singular como la mesa, los adjetivos y artículos que lo acompañen deben también ser femeninos y singulares: la mesa bonita.
Un ejemplo adicional es el uso de los verbos, que también deben concordar con el sujeto en número y persona. Así, el perro corre está bien formado, mientras que el perro corremos sería incorrecto.
Un dato curioso es que la concordancia no siempre se aplica de la misma manera en todos los idiomas. En el francés o el italiano, por ejemplo, los adjetivos siempre concuerdan con el sustantivo, mientras que en el inglés moderno esta regla ha sufrido importantes cambios y se simplifica notablemente.
La importancia de la concordancia en la gramática española
La concordancia no solo es una regla formal, sino una herramienta esencial para transmitir ideas con precisión. Si se omite o se viola, la oración puede resultar ambigua o incluso incomprensible. Por ejemplo, la oración Los niños comen frutas dulce estaría incorrecta, ya que dulce no concuerda en género ni en número con frutas.
Además, la concordancia también se aplica a otros elementos gramaticales, como los pronombres, los determinantes y los tiempos verbales. Por ejemplo, Ella es alta concuerda en género y número entre el sujeto y el adjetivo, mientras que Ella es altos sería un error evidente.
Este tipo de errores, aunque aparentemente menores, pueden afectar la credibilidad del hablante o escritor. Por eso, dominar la concordancia es un pilar fundamental para cualquier persona interesada en escribir o hablar con corrección en español.
Casos especiales de concordancia
Existen algunas excepciones y casos complejos de concordancia que no siempre son obvios. Por ejemplo, cuando se habla de colectivos o de sustantivos que pueden ser masculinos o femeninos según el contexto. Un caso típico es el albañil y la albañila, donde el género depende del sujeto que se quiere describir.
También es común encontrar dificultades con los adjetivos que terminan en -e y pueden ser masculinos o femeninos, como el oeste o la oeste, según se refieran a una persona o un lugar. Además, en oraciones con verbos impersonales como hacer falta, la concordancia del sujeto se omite y el verbo siempre se mantiene en tercera persona singular.
Ejemplos prácticos de concordancia en género y número
Para entender mejor cómo funciona la concordancia, aquí tienes algunos ejemplos claros:
- Género:
- El hombre alto. (masculino singular)
- La mujer alta. (femenino singular)
- Los hombres altos. (masculino plural)
- Las mujeres altas. (femenino plural)
- Número:
- El niño corre. (singular)
- Los niños corren. (plural)
- La casa es bonita. (singular)
- Las casas son bonitas. (plural)
También se aplica a adjetivos y artículos:
- El perro bonito.
- Las perros bonitos.
- El coche rojo.
- Las coches rojos.
El concepto de concordancia en la gramática formal
La concordancia no es solo una regla intuitiva, sino una norma formal establecida por la Real Academia Española (RAE) y otros organismos lingüísticos. Esta regla garantiza la coherencia y la claridad en la comunicación escrita y oral. En la gramática formal, se define como la coincidencia en género y número entre dos o más palabras que tienen relación sintáctica directa, como el sujeto y el predicado, el sustantivo y el adjetivo, o el artículo y el sustantivo.
Esta relación no solo se aplica a palabras que comparten el mismo género y número, sino también a su función gramatical. Por ejemplo, en la oración El niño feliz corre, tanto el artículo como el adjetivo y el sustantivo deben coincidir en género y número.
Diez ejemplos de concordancia para practicar
- El gato blanco duerme.
- Las gatas blancas duermen.
- El coche rojo es rápido.
- Los coches rojos son rápidos.
- El libro interesante me encantó.
- Las libros interesantes me encantaron.
- El niño travieso jugó.
- Los niños traviesos jugaron.
- La estudiante aplicada pasó el examen.
- Las estudiantes aplicadas pasaron el examen.
Cómo identificar errores de concordancia
Detectar errores de concordancia requiere atención al género y número de los elementos de la oración. Un método útil es subrayar el sujeto y luego verificar si los otros elementos (verbo, adjetivo, artículo) coinciden con él. Por ejemplo:
- Incorrecto: La perro bonito corre.
- Correcto: El perro bonito corre. o La perra bonita corre.
Otra estrategia es sustituir el sustantivo por otro del mismo género y número para ver si la oración sigue siendo coherente. Si la oración pierde su sentido o se vuelve incoherente, es probable que exista un error de concordancia.
¿Para qué sirve la concordancia en la lengua escrita?
La concordancia sirve principalmente para garantizar que la oración sea clara, coherente y correcta. En la lengua escrita, donde no se puede recurrir a la entonación o al contexto auditivo, la concordancia actúa como una señal visual que permite al lector comprender rápidamente las relaciones entre las palabras.
Por ejemplo, en la oración Los niños felices corrieron, la concordancia entre el artículo plural y el adjetivo plural indica que hay más de un niño y que todos son felices. Si se escribiera Los niños feliz corrieron, sería un error evidente de concordancia y la oración perdería su claridad.
Variantes y sinónimos de la palabra concordancia
Aunque concordancia es el término más común para describir esta regla gramatical, existen sinónimos y expresiones equivalentes que pueden usarse en contextos específicos. Algunas de estas variantes incluyen:
- Correspondencia: Refiere a la coincidencia entre elementos gramaticales.
- Armonía lingüística: Describe cómo las palabras encajan entre sí de manera coherente.
- Coincidencia sintáctica: Se usa en análisis gramatical formal para referirse a la relación entre palabras.
Cada una de estas expresiones puede usarse en lugar de concordancia según el contexto, pero todas apuntan a la misma idea: la necesidad de que las palabras en una oración estén en armonía en aspectos como el género y el número.
Cómo afecta la concordancia al significado de una oración
La concordancia no solo influye en la corrección formal, sino también en el significado de una oración. Por ejemplo, si escribimos El niño bonito corre, la concordancia entre el artículo, el sustantivo y el adjetivo permite al lector entender que se habla de un solo niño. Si por error escribimos El niño bonita corre, la concordancia entre el sustantivo y el adjetivo es incorrecta, lo cual puede generar confusión.
Además, en oraciones complejas con múltiples elementos, la concordancia ayuda a evitar ambigüedades. Por ejemplo, en Las niñas altas sonríen, la concordancia entre artículo, sustantivo y adjetivo permite al lector comprender rápidamente que se habla de más de una niña y que todas son altas.
El significado de la concordancia en la gramática española
En la gramática española, la concordancia se define como la coincidencia en género y número entre dos o más palabras que tienen una relación sintáctica directa. Esta regla es fundamental para garantizar la coherencia y la claridad en la comunicación. Por ejemplo, en la oración La mesa bonita es mía, tanto el artículo como el adjetivo y el sustantivo concuerdan en género (femenino) y número (singular).
Además, la concordancia también se aplica a los tiempos verbales. Por ejemplo, en El niño corre y Los niños corren, el verbo concuerda con el sujeto en número. Esta relación es indispensable para que la oración sea correcta y comprensible.
¿Cuál es el origen de la concordancia en el español?
La concordancia en el español tiene su origen en la evolución del latín, lengua de la cual el español heredó muchas de sus reglas gramaticales. En el latín clásico, los sustantivos, adjetivos y artículos tenían un sistema complejo de concordancia que incluía no solo género y número, sino también caso.
Con el tiempo, el español se simplificó y perdió el sistema de casos, pero mantuvo la concordancia en género y número. Esta regla se consolidó durante la formación del español moderno, especialmente durante el período de la expansión colonial, cuando se estandarizaron las normas lingüísticas.
Otras formas de expresar la concordancia
Además de la concordancia en género y número, existen otras formas de concordancia en la gramática española. Por ejemplo:
- Concordancia de persona y número en los verbos: El verbo debe concordar con el sujeto en persona y número. Ejemplo: Ella corre vs. Ellos corren.
- Concordancia de género en los pronombres: Los pronombres deben coincidir con el sustantivo que representan. Ejemplo: Ella es mi amiga vs. Él es mi amigo.
- Concordancia de tiempos verbales: En oraciones complejas, los verbos deben concordar en tiempo y modo. Ejemplo: Creo que él llegó vs. Creo que él llegará.
¿Cómo se aplica la concordancia en oraciones compuestas?
En oraciones compuestas, donde hay más de un sujeto o más de un verbo, la concordancia puede volverse más compleja. Por ejemplo:
- Sujeto compuesto: Cuando hay más de un sujeto, el verbo y los adjetivos deben concordar en número. Ejemplo: La madre y el hijo felices corrieron.
- Verbo compuesto: Cuando hay más de un verbo, estos deben concordar con el sujeto. Ejemplo: El perro corre y salta.
También es importante tener en cuenta que en oraciones con verbos impersonales como hacer falta, la concordancia del sujeto se omite y el verbo siempre se mantiene en tercera persona singular: Hace falta más tiempo.
Cómo usar la concordancia en la escritura formal
En la escritura formal, la concordancia es especialmente importante, ya que cualquier error puede afectar la credibilidad del autor. Para asegurar que tu texto sea correcto, sigue estos pasos:
- Identifica el sujeto de la oración.
- Verifica que el verbo concuerde en número y persona.
- Asegúrate de que los adjetivos y artículos concuerdan con el sustantivo.
- Revisa los pronombres y determinantes para que coincidan con el sustantivo al que se refieren.
Un ejemplo práctico sería: El estudiante aplicado terminó su trabajo. Aquí, el artículo, el sustantivo y el adjetivo concuerdan en género y número.
Errores comunes de concordancia y cómo evitarlos
Algunos de los errores más frecuentes incluyen:
- No concordar el adjetivo con el sustantivo:
Incorrecto: Los niños bonita juegan.
Correcto: Los niños bonitos juegan.
- Confundir el género del sustantivo:
Incorrecto: La niño corre.
Correcto: El niño corre.
- No concordar el verbo con el sujeto:
Incorrecto: El perro correis.
Correcto: El perro corre.
Para evitar estos errores, es útil practicar con ejercicios de concordancia y revisar las reglas básicas de género y número.
Consejos para mejorar la concordancia en el habla cotidiana
Aunque la concordancia es más evidente en la escritura, también es importante en el habla cotidiana. Para mejorarla, puedes:
- Prestar atención a cómo se forman las oraciones en los medios de comunicación.
- Escuchar y repetir oraciones con concordancia correcta.
- Practicar con ejercicios orales y escritos.
- Usar aplicaciones o herramientas de revisión gramatical.
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