Que es una chicharra animal

Que es una chicharra animal

Las chicharras son insectos fascinantes que pertenecen a la familia Cicadidae y son conocidos por su característico sonido estridente. Aunque comúnmente se les llama chicharras, también se les denomina cicadas en algunas regiones. Estos insectos son famosos por su ciclo de vida prolongado, su capacidad de emitir sonidos a través de estructuras especializadas y por su papel en los ecosistemas. En este artículo exploraremos a fondo qué son las chicharras, su biología, comportamiento y curiosidades asociadas a esta criatura que ha capturado la atención de científicos y entusiastas de la naturaleza durante siglos.

¿Qué es una chicharra animal?

Una chicharra, o cicada, es un insecto perteneciente al orden Hemiptera, que se caracteriza por su canto distintivo y su ciclo de vida complejo. Estos insectos tienen un cuerpo alargado, alas membranosas y patas adaptadas para saltar. Su sonido se produce mediante un órgano especializado llamado *tymbal*, localizado en el abdomen, que vibra al ser golpeado por músculos rápidos. Este canto es utilizado principalmente por los machos para atraer hembras durante la temporada de apareamiento.

Curiosidad histórica: Las chicharras han sido observadas y mencionadas en la literatura antigua. En la Grecia clásica, Aristóteles describió su comportamiento y sonidos en sus escritos sobre la naturaleza. Además, en algunas culturas, como en Japón, las chicharras simbolizan la renovación y la transición entre la vida y la muerte, ya que su ciclo de vida incluye una etapa subterránea prolongada seguida de una breve vida adulta.

Las chicharras pueden vivir tanto en zonas tropicales como en regiones templadas, y su distribución abarca casi todos los continentes, excepto la Antártida. Su adaptación a distintos entornos es una prueba de su versatilidad biológica.

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Características biológicas de las chicharras

Una de las características más notables de las chicharras es su ciclo de vida, que puede durar desde unos pocos años hasta casi dos décadas. La gran mayoría de su vida se pasa como ninfa subterránea, alimentándose de savia de raíces. Solo cuando llegan a la etapa adulta emergen a la superficie para completar su desarrollo, aparearse y reproducirse. Los adultos, aunque viven solo unas pocas semanas, son responsables de la reproducción de la especie.

Este proceso de metamorfosis es fascinante. Las ninfas excavan galerías subterráneas, donde se desarrollan lentamente, muda tras muda. Cuando finalmente emergen, su caparazón se rompe, permitiendo que el adulto se libere y sus alas se desplieguen. Este momento es especialmente visible en especies como las *Magicicada* de los Estados Unidos, que aparecen en brotes sincronizados cada 13 o 17 años.

La capacidad de emitir sonidos es otra característica distintiva. Los machos utilizan estos sonidos no solo para atraer hembras, sino también para marcar territorio. En algunas especies, el sonido puede alcanzar niveles de hasta 120 decibelios, comparable al de una sierra eléctrica.

Diferencias entre chicharras y otros insectos similares

Aunque muchas personas confunden las chicharras con grillos o saltamontes debido a su capacidad de emitir sonidos, existen diferencias claras entre estos insectos. Mientras que los grillos pertenecen a la familia Gryllidae y tienen un sonido producido por el roce de sus patas, las chicharras generan su sonido mediante los tymbales en el abdomen. Además, las chicharras tienen un ciclo de vida mucho más prolongado y no caminan como los grillos, sino que se desplazan principalmente por saltos.

Otra diferencia notable es su alimentación. Las chicharras pasan la mayor parte de su vida alimentándose de savia de plantas, mientras que los grillos son omnívoros y se alimentan de otros insectos o restos vegetales. Estas diferencias en hábitos y anatomía son claves para identificar correctamente a cada especie.

Ejemplos de chicharras famosas o notables

Algunas especies de chicharras han llamado la atención por su comportamiento o su impacto cultural. Por ejemplo, las *Magicicada* de los Estados Unidos son conocidas por sus ciclos de 13 o 17 años, donde miles de individuos emergen al mismo tiempo, creando una explosión de sonido y actividad. Este fenómeno es tan preciso que se ha utilizado para estudiar la evolución y la genética.

Otra especie notable es *Tibicen cicada*, que se encuentra en América del Norte y se distingue por su canto prolongado y rítmico. En Australia, la *Cyclochilus atratus*, también llamada cicada de pelo negro, es famosa por su tamaño considerable y su capacidad de producir sonidos intensos. En Japón, la *Platycicada sedecim* es una especie que ha sido estudiada extensamente por científicos debido a su ciclo de 17 años.

El concepto de ciclo de vida sincronizado en las chicharras

El ciclo de vida sincronizado es un fenómeno único observado en algunas especies de chicharras, especialmente en los géneros *Magicicada* y *Platycicada*. Este proceso consiste en que miles o incluso millones de individuos emergen al mismo tiempo, lo que puede durar semanas o meses. Este sincronismo es una estrategia evolutiva para sobrevivir: al aparecer en masa, la probabilidad de que un depredador pueda comer a todos se reduce, ya que la saturación del ambiente hace que la presa sea menos viable.

Este ciclo se basa en una combinación de factores ambientales y genéticos. Las ninfas pasan la mayor parte de su vida en el suelo, alimentándose de savia de raíces. Cuando el suelo alcanza una temperatura específica (alrededor de 18°C), las ninfas emergen, lo que indica que el entorno es adecuado para su desarrollo. Este mecanismo ha sido objeto de estudio para entender cómo los organismos se adaptan a condiciones cambiantes.

Las 10 chicharras más interesantes del mundo

  • Magicicada septendecim – Conocida como la chicharra de 17 años, es famosa por su ciclo de vida prolongado y sincronizado.
  • Cyclochilus atratus – Originaria de Australia, es una de las chicharras más grandes del mundo.
  • Platycicada sedecim – Con un ciclo de 16 años, es una especie estudiada en Japón.
  • Tibicen tibicen – Presente en Europa, destaca por su canto melódico.
  • Chorotermes rufus – Conocida por su tamaño diminuto y sonido suave.
  • Neotibicen pratti – Especie norteamericana con un canto distintivo.
  • Onchestus atra – Originaria de América del Sur, se destaca por su coloración oscura.
  • Cyclostema tristis – Conocida por su hábito de aparecer en grupos pequeños.
  • Platypedia californica – Se encuentra en California y tiene un canto muy característico.
  • Tettigadecima viridissima – Conocida como la chicharra verde brillante, es muy común en Asia.

El impacto ecológico de las chicharras

Las chicharras no solo son insectos interesantes, sino que desempeñan un papel importante en los ecosistemas. Durante su etapa de ninfas, consumen savia de raíces, lo que puede influir en la nutrición de las plantas. Sin embargo, su impacto general es limitado debido a que su consumo es disperso y no afecta significativamente a los árboles. Además, las ninfas son alimento para una variedad de animales, incluyendo aves, mamíferos y reptiles.

Una vez emergidas como adultos, las chicharras también se convierten en presa de otros depredadores. Su presencia en grandes números puede proporcionar una importante fuente de alimento para ciertas especies. Por otro lado, los cadáveres de las chicharras, así como sus cáscaras vacías, aportan nutrientes al suelo al descomponerse, contribuyendo al ciclo natural de la materia.

¿Para qué sirve la chicharra animal?

La chicharra animal, aunque puede parecer un insecto simple, cumple múltiples funciones ecológicas. Su presencia en el suelo como ninfas ayuda a aerar el terreno al excavar galerías, lo que facilita el drenaje y la circulación de nutrientes. Como alimento, son una fuente valiosa para aves, reptiles y otros insectos, manteniendo el equilibrio de la cadena trófica. Además, su capacidad de aparecer en grandes números ha sido objeto de estudio para comprender mejor la evolución de los ciclos biológicos sincronizados.

También tienen valor cultural y científico. En muchas culturas, son símbolos de resurrección o transformación debido a su breve pero intensa vida adulta. En el ámbito científico, su estudio ayuda a entender mejor los procesos de adaptación y supervivencia en entornos cambiantes.

Diferencias entre chicharras, grillos y saltamontes

Aunque las chicharras, los grillos y los saltamontes son insectos que comparten algunas características, como el desplazamiento por saltos y la capacidad de emitir sonidos, tienen diferencias significativas. Los grillos y los saltamontes pertenecen a la familia Gryllidae y Acrididae, respectivamente, mientras que las chicharras pertenecen a la familia Cicadidae.

En cuanto a su sonido, los grillos lo generan frotando sus patas, mientras que las chicharras lo producen mediante los tymbales en el abdomen. Los saltamontes, por su parte, no son capaces de emitir sonidos como los otros dos. Además, las chicharras pasan la mayor parte de su vida como ninfas subterráneas, mientras que los grillos y los saltamontes son más activos en etapas terrestres. Finalmente, en términos de alimentación, las chicharras son herbívoras, mientras que los grillos son omnívoros y los saltamontes se alimentan de plantas.

El rol de las chicharras en la ciencia y la evolución

El estudio de las chicharras ha aportado valiosos conocimientos en el campo de la biología evolutiva. Su ciclo de vida sincronizado es un fenómeno que ha intrigado a los científicos, ya que implica una alta coordinación genética. Estos ciclos, que duran 13 o 17 años, son números primos, lo que se cree es una estrategia para evitar la sincronización con depredadores o competidores.

Además, la capacidad de las chicharras para generar sonidos a alta frecuencia ha sido objeto de investigación en el desarrollo de tecnologías biomiméticas, como altavoces de bajo consumo o dispositivos de comunicación. También se han estudiado las estructuras de sus alas para inspirar diseños en ingeniería aeroespacial y arquitectura.

El significado de la palabra chicharra

La palabra chicharra proviene del latín *cicada*, que a su vez tiene raíces en el griego antiguo *kikada*, que significa canto de insecto. En castellano, la denominación chicharra se popularizó en América Latina, mientras que en otras regiones se mantiene el término cicada. El nombre refleja su sonido característico, que es una de sus características más notables.

El término también se usa en otras lenguas con variaciones similares, como *cicada* en italiano o *cigale* en francés. En Japón, se les llama *semi*, y en China, *zhishenglong*, que significa insecto que canta. Estos nombres reflejan la importancia cultural que tienen estas criaturas en diferentes partes del mundo.

¿De dónde proviene el nombre chicharra?

El origen etimológico de la palabra chicharra se remonta al latín *cicada*, que describe a estos insectos por su sonido. En la antigua Grecia, Aristóteles mencionó a las chicharras en sus escritos, describiendo su canto y comportamiento. Con el tiempo, el término se extendió al romanceo y se adaptó en las lenguas romances como chicharra en español, cicada en portugués o cigale en francés.

En América Latina, el nombre chicharra se impuso en el uso común, quizás por su sonoridad similar al canto que emiten. En otras partes del mundo, como en Asia, se usan nombres que reflejan su sonido o su apariencia. Por ejemplo, en Japón se les llama *semi*, que significa insecto que canta, mientras que en Corea se les conoce como *saebyul*, que se refiere a su aspecto alado.

El impacto de las chicharras en la cultura popular

Las chicharras no solo son insectos biológicamente interesantes, sino que también han dejado su huella en la cultura popular. En Japón, la chicharra es un símbolo de la juventud y la transición, ya que su breve vida adulta representa la fugacidad de la existencia. En literatura, ha aparecido en obras como *Chicharras* de Ryūnosuke Akutagawa, donde se usa como metáfora de la impermanencia.

En el cine y la música, el sonido de las chicharras se ha utilizado para crear atmósferas específicas. Por ejemplo, en películas ambientadas en la naturaleza o en escenas de verano, el sonido de las chicharras añade un toque de autenticidad y nostalgia. En el mundo de la música, el canto de las chicharras ha sido incorporado en canciones folclóricas y en bandas sonoras de películas asiáticas.

¿Cómo se identifica una chicharra?

Identificar una chicharra puede ser sencillo si se conocen sus características físicas y sonoras. Las chicharras tienen un cuerpo alargado, patas adaptadas para saltar y alas membranosas. Su tamaño puede variar desde unos pocos milímetros hasta más de 5 cm, dependiendo de la especie. Los adultos tienen un caparazón duro y una coloración que varía según el entorno: desde marrón, verde hasta negro.

Otra característica distintiva es la presencia de los tymbales, estructuras en el abdomen que generan el sonido. Además, al escuchar su canto, se puede notar que es un sonido continuo y estridente, a diferencia del sonido intermitente de los grillos. Para identificar correctamente una chicharra, es útil observar su comportamiento, especialmente durante la temporada de reproducción, cuando los machos emiten sonidos para atraer hembras.

Cómo usar la palabra chicharra y ejemplos de uso

La palabra chicharra se utiliza de varias formas en el lenguaje cotidiano. Puede referirse al insecto mismo, como en la frase: Escuché una chicharra cantando en el jardín. También se usa de manera metáforica para describir un sonido continuo o molesto, como en: El ruido de las chicharras me distraía al estudiar.

En la literatura, el término aparece con frecuencia en textos de ficción y poesía, especialmente en contextos que evocan la naturaleza o la estación veraniega. Por ejemplo: La melodía de las chicharras anunciaba el inicio del verano. En el ámbito científico, se utiliza de forma técnica para describir a las especies pertenecientes a la familia Cicadidae.

Curiosidades adicionales sobre las chicharras

Además de sus ciclos de vida prolongados y su sonido característico, las chicharras tienen otras curiosidades. Por ejemplo, algunas especies pueden hibernar en el suelo durante inviernos fríos, lo que les permite sobrevivir en zonas con condiciones climáticas adversas. También se han encontrado fósiles de chicharras con más de 150 millones de años, lo que indica que estos insectos han evolucionado muy poco desde la era de los dinosaurios.

Otra curiosidad es que, aunque la mayoría de las chicharras son diurnas, algunas especies son nocturnas y emiten sonidos durante la noche para evitar a los depredadores. Además, en algunos países, como en Japón y Corea, las chicharras se consideran un manjar y se consumen como alimento. Se preparan fritas, en salsas o como snack, y se les atribuyen propiedades energéticas.

El impacto de las chicharras en la agricultura y el medio ambiente

Aunque las chicharras no son consideradas plagas en la agricultura, su presencia puede causar ciertos efectos en los cultivos. Durante su etapa de ninfas, se alimentan de savia de raíces, lo que puede debilitar a algunos árboles jóvenes si la infestación es muy alta. Sin embargo, esto es relativamente raro, ya que su consumo es disperso y no se concentran en una sola planta.

Por otro lado, su impacto positivo en el medio ambiente es evidente. Al excavar galerías subterráneas, ayudan a aerar el suelo y a mejorar la circulación del agua. Además, al morir y descomponerse, aportan nutrientes al suelo. Las chicharras también son indicadores ecológicos; su presencia o ausencia puede reflejar el estado de salud de un ecosistema. Por todo esto, su conservación es importante para mantener el equilibrio natural.